jueves, 30 de mayo de 2013

La bella adolescencia es caucásica

Los medios homogeinizan lo no homogeneizable; el individuo.
 La percepción de la belleza física ha variado a través de la historia y de las culturas. Nos han llegado pequeñas esculturas votivas de las culturas prehistóricas de diversos lugares del planeta que nos muestran mujeres que poco o nada tienen que ver con los actuales modelos de belleza. Lo bello se asociaba a la fertilidad por lo que se exageraba la representación de los volúmenes femeninos mostrándose así unas mujeres de proporciones esteatopígicas.
Para el arte clásico, sin embargo, la proporción y la armonía eran sinónimos de belleza. La geometría era por lo tanto la base de un patrón de belleza que le debía mucho a los cánones que anteriormente fijaron los antiguos egipcios. En la Europa medieval, la carnalidad de los clásicos quedo prohibida en beneficio de la espiritualidad y la pureza de sus vírgenes adornadas con oro hasta que el Renacimiento rescató de nuevo el gusto por la armonía de las formas teñidas ahora, eso sí, de un aura de divinidad cristiana. No hace falta recordar la historia del arte para ser consciente que el concepto de belleza es una imposición cultural. Sin embargo, desde la segunda mitad del s.XX, cuando la industria y por lo tanto la publicidad comenzaron un proceso de expansión contínua y global, el concepto de belleza se ha visto sujeto a unos condicionantes que nada tenían que ver ni con la mística ni con el arte. Se ha producido un fenómeno de homogeneización de la belleza para la que no hay fronteras geográficas ni culturales. Se ha impuesto un ideal de belleza estrechamente relacionado con la cultura occidental y con unos rasgos femeninos y masculinos determinados; tez clara, ojos claros, cara ovalada, etc, claramente caucásicos. 

Varios siglos han sido testigos de un ideal de belleza clásico casi inmutable, han bastado solo unas décadas para que la famélica Barbie haga parecer "gordita" incluso a la misma Venus (hay que reconocer que tiene algo de barriguita)


En relación a esta homogeneización caucásica de la belleza habla un estudio llevado acabo por el Instituto Alberto Merani y que se titula: "ESTEREOTIPOS DE BELLEZA FÍSICA QUE TIENEN LOS ADOLESCENTES DE DIFERENTE GÉNERO Y ESTRATO SOCIOECONÓMICO PERTENECIENTES A COLEGIOS DE LA LOCALIDAD DE SUBA, BOGOTÁ" y que puede ser consultado en este enlace. El estudio nos muestra cómo el estereotipo de belleza caucásico se ha impuesto hasta en las aldeas más remotas de América Latina cuya población es eminentemente mestiza o indígena.

Esta afirmación me recuerda a una película que vi hace tiempo, "Madeinusa"(Claudia Llosa, 2005), que habla de la historia de una adolescente indígena que se ve irremediablemente atraída por un joven que llega de repente a la aislada aldea peruana donde vivía. Recuerdo que en un momento de la película habla refiriéndose al joven: "Me gusta porque tiene los ojitos claros como en las novelas", sin embargo cuando quería insultar a su hermana le decía; "india del diablo".



Los medios de comunicación son los principales causantes de este proceso homegeneizador de la belleza y los jóvenes los principales receptores de las pautas fijadas por los medios.
Todo esto hace pensar que los jóvenes en busca de aceptación pueden integrar a su imaginario ideales de belleza particulares que siempre son excluyentes de otros ideales por esa homegeneización globalizadora de la belleza que mencionábamos antes. 
El sentimiento de "no encajar" por tener una imagen que no se corresponde exactamente con los ideales muestran en los medios causa angustia y desesperación en muchísimos jóvenes. La búsqueda de "la perfección" termina afectando a la relación del individuo con los demás y a trastornos psicológicos que pueden tener consecuencias graves.










Ambas imágenes son espeluznantes. Ambas en cierta forma (aunque de muy distinta manera) son víctimas del sistema. La guerra y la avaricia humana provocan innumerables víctimas y la (en apariencia inocente) belleza mediática también se ha cobrado unas cuantas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario